Imagen del Kaiso Sensei puntualizando la posición correcta de
la mano ante un agarre. Es bastante común que los practicantes menos
experimentados y aun algunos con más experiencia tienden a cerrar los puños
como señal inequívoca de fuerza, tensión, agresión, mientras que la mano
extendida da la apariencia de estar entregada, pero en realidad es muestra de relajación
(espíritu en calma) y centralización, no es una mano muerta, es una mano que
derrama el Ki para ser una mano de sable Te-Gatana.
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